Microsoft ha identificado un grave problema de seguridad que afecta a las últimas actualizaciones de Windows 11 24H2. Los usuarios que instalaron la actualización acumulativa de abril KB5055523 y la actualización preliminar de marzo KB5053656 están experimentando el temido «pantalla azul de la muerte» (BSOD) con el error SECURE_KERNEL_ERROR, comprometiendo significativamente la estabilidad del sistema.
Análisis técnico del problema y su impacto
El equipo técnico de Microsoft ha confirmado que la instalación de estas actualizaciones desencadena un error sistémico con código 0x18B (SECURE_KERNEL_ERROR) tras el reinicio del dispositivo. Esta vulnerabilidad afecta exclusivamente a equipos que ejecutan Windows 11 versión 24H2, representando una amenaza significativa para la continuidad operativa de sistemas empresariales y personales.
Solución temporal y medidas correctivas
Microsoft ha implementado el mecanismo Known Issue Rollback (KIR) como solución inmediata. Este proceso revierte automáticamente los componentes problemáticos de las actualizaciones dentro de las 24 horas posteriores a su detección. Para acelerar la recuperación del sistema, se recomienda realizar un reinicio del dispositivo una vez aplicado el KIR.
Protocolo de actuación para entornos empresariales
Los administradores de sistemas que gestionan dispositivos Windows 11 24H2 y Windows Server 2025 deben implementar la política de grupo KIR KB5053656 250412_03103. Esta acción garantiza la correcta distribución de la corrección en todos los dispositivos administrados de la red corporativa.
Implicaciones adicionales de seguridad
Paralelamente, Microsoft ha publicado actualizaciones de emergencia para resolver problemas críticos en las políticas locales de auditoría de inicio de sesión de Active Directory. Se ha detectado que los controladores de dominio de Windows Server 2025 pueden volverse inaccesibles tras el reinicio, lo que puede interrumpir servicios esenciales y aplicaciones corporativas.
Como medida preventiva, los expertos en ciberseguridad recomiendan mantener copias de seguridad actualizadas, implementar las correcciones en entornos de prueba antes de su despliegue en producción y establecer protocolos de respuesta ante incidentes. La monitorización continua de los sistemas y la pronta aplicación de parches de seguridad son fundamentales para mantener la integridad y disponibilidad de la infraestructura tecnológica.
