Un proveedor europeo de filtrado DDoS se enfrentó a una de las ofensivas más intensas registradas por volumen de paquetes: un pico de 1,5 mil millones de paquetes por segundo (PPS), según datos de FastNetMon. El tráfico procedía de un botnet distribuido que aglutinaba miles de dispositivos de consumo comprometidos —incluidos equipos IoT y routers MikroTik— con orígenes diseminados en más de 11.000 redes únicas a escala global.
Ataque orientado a PPS: por qué un UDP flood desborda antes que la banda
El vector principal fue un UDP flood diseñado para agotar la capacidad de procesamiento de paquetes de la infraestructura, no necesariamente el ancho de banda. A diferencia de las métricas en Gbps/Tbps, un PPS extremo presiona la data plane y la control plane: incrementa los lookups, sobrecarga CPU/ASIC, satura TCAM/colas y activa mecanismos de protección. En la práctica, routers, cortafuegos y proxies alcanzan límites de tablas y colas, provocando degradación del servicio aunque la conexión ascendente no esté saturada en bits.
Impacto operativo: cuando el “bitrate” engaña
El PPS elevado reduce la efectividad de QoS y puede forzar fallos en inspección inline. Para operadores y nubes, esto se traduce en caída de sesiones, latencia variable y pérdidas intermitentes, especialmente en equipos donde la gestión de paquetes pequeños dispara el coste por paquete. El caso refuerza una tendencia conocida tras incidentes como Mirai: la capacidad de cómputo de red, no solo el caudal, es el cuello de botella crítico.
Respuesta técnica: ACL en el borde, reducción selectiva y “scrubbing”
La contención combinó las capacidades propias del cliente y medidas perimetrales coordinadas por FastNetMon. Se desplegaron listas de control de acceso (ACL) en los routers de borde para descartar patrones abusivos con early drop, se bloquearon firmas de origen conocidas y se cortaron vectors de amplificación. Este enfoque acotó el impacto sin incurrir en “agujeros negros” indiscriminados que afectaran a usuarios legítimos.
Tendencias delictivas: doble episodio y auge del RDDoS
FastNetMon reportó un segundo incidente casi calcado —~1,49 mil millones de PPS— contra otro proveedor de servicios DDoS en Europa del Este. Los indicadores sugieren el mismo botnet y se documentó un correo de extorsión, en línea con el patrón RDDoS (DDoS con chantaje). La motivación se desplaza del ruido operativo al apalancamiento económico.
Qué deben hacer ISPs, centros de mitigación y empresas
Operadores/ISPs: institucionalizar BCP 38/84 (filtrado ingress/egress) y uRPF para suplantación de origen; orquestar aislamiento con RTBH y Flowspec para cortar flujos maliciosos rápidamente; mantener perfiles de ahorro de CPU en ASIC de borde (ACL selectivas, policing en entrada) y automatizar el intercambio de indicadores con CSIRT/ISAC.
Proveedores de mitigación DDoS: preparar perfiles específicos de high PPS, optimizar tablas de estado, llevar filtros a rutas zero-copy (DPDK) y derivar inspección a nodos especializados. Los stress tests deben reproducir plantillas reales de UDP flood y tráfico de paquetes pequeños.
Equipos corporativos: actualizar firmware de routers e IoT (incluyendo MikroTik), desactivar servicios UDP innecesarios y UPnP, aplicar rate limiting y listas de permitidos, y apoyarse en scrubbing centers con runbooks de escalado previamente ensayados.
El hito de 1,5 mil millones de PPS confirma el giro táctico hacia el agotamiento de la capacidad de procesamiento de paquetes y la hiperdistribución del origen. Cuanto antes adopten los ISPs filtrado saliente obligatorio y mecanismos de aislamiento rápido, menos margen tendrán los botnets basados en dispositivos domésticos. Organizaciones y proveedores deberían evaluar su resiliencia frente a escenarios centrados en PPS, probar planes de respuesta y alinear sus políticas con BCP 38/84, uRPF, RTBH y Flowspec para reducir superficie de ataque y tiempo de mitigación.