La filial francesa de Leroy Merlin, uno de los principales distribuidores de bricolaje y equipamiento para el hogar en Europa, ha notificado a sus clientes un incidente de ciberseguridad que ha derivado en la filtración de parte de sus datos personales. Aunque el alcance geográfico se limita a usuarios registrados en Francia, el caso se suma a una tendencia creciente de ataques dirigidos contra el sector retail.
Ciberataque a Leroy Merlin en Francia: cómo se detectó y respuesta inicial
La existencia del incidente se hizo pública después de que un usuario de la red social X (antes Twitter), bajo el seudónimo SaxX_, difundiera fragmentos del correo de notificación enviado por Leroy Merlin a sus clientes. En dicho mensaje, la compañía reconoce que su sistema de información fue objeto de un ciberataque, permitiendo un posible acceso no autorizado por parte de terceros.
De acuerdo con la información comunicada, tras identificar la intrusión se activaron de inmediato los protocolos internos de respuesta a incidentes de seguridad. Esto incluye la revocación del acceso de los atacantes, la contención de la infraestructura afectada y el despliegue de equipos técnicos y jurídicos especializados para analizar el alcance real del compromiso.
Leroy Merlin indica asimismo que está colaborando con autoridades competentes y expertos externos en ciberseguridad. En Europa, incidentes de este tipo suelen implicar la notificación a organismos como autoridades nacionales de protección de datos y agencias de ciberseguridad, además de la posible investigación penal si se identifican a los responsables.
Qué datos personales se han visto afectados y qué información sigue protegida
Según la compañía, el ciberataque ha impactado a una parte de los datos personales de los clientes. Aunque no se ha hecho público el detalle exacto del conjunto de información expuesta, en este tipo de sistemas suelen almacenarse datos como nombre y apellidos, datos de contacto (correo electrónico, teléfono), direcciones postales e historial de compras o interacciones con la marca.
La empresa subraya dos puntos clave para reducir la alarma entre los usuarios:
1. Los datos bancarios no se han visto comprometidos. Leroy Merlin afirma que la información relativa a pagos (números de tarjeta, IBAN, etc.) se gestiona en un entorno técnico separado y más segmentado, una práctica alineada con normativas como PCI DSS. Este aislamiento de los sistemas financieros limita el impacto directo del ataque sobre las transacciones económicas.
2. Las contraseñas de las cuentas de usuario tampoco habrían sido comprometidas. Esto sugiere que los atacantes no obtuvieron acceso directo a los credenciales de inicio de sesión. No obstante, incluso sin contraseñas, los datos personales filtrados pueden emplearse en ataques de suplantación de identidad o phishing altamente creíbles.
En el momento de la notificación, Leroy Merlin afirma no haber detectado aún un uso malicioso de la información robada —por ejemplo, su publicación en foros de la dark web o su utilización en campañas de extorsión—. Sin embargo, los datos de múltiples estudios forenses muestran que la monetización de la información robada puede producirse semanas o meses después del incidente, por lo que la ausencia de indicios iniciales no elimina el riesgo futuro.
Riesgos de ciberseguridad para los clientes: phishing e ingeniería social
Aunque los delincuentes no hayan obtenido datos bancarios ni contraseñas, una filtración parcial de datos personales sigue siendo un activo valioso para el cibercrimen. Estudios como el Verizon Data Breach Investigations Report señalan que más del 60 % de las brechas de datos implican algún tipo de ingeniería social, en especial campañas de phishing dirigidas.
Con información básica del cliente —nombre completo, correo electrónico, teléfono, historial de pedidos o participación en programas de fidelización— los atacantes pueden crear mensajes que simulan con gran realismo comunicaciones legítimas de la marca. Esto incrementa notablemente la probabilidad de que el usuario haga clic en enlaces maliciosos, facilite credenciales reales o incluso datos bancarios.
Cómo reconocer campañas de phishing que se hacen pasar por Leroy Merlin
— Mensajes con tono urgente o amenazante. Correos o SMS que avisan de la inminente suspensión de la cuenta, caducidad de puntos o cancelación de pedidos si no se actúa “de inmediato” son un patrón clásico de phishing.
— Direcciones de correo y dominios sospechosos. Los atacantes suelen usar dominios que imitan al oficial con ligeras modificaciones (letras añadidas, cambios de orden, uso de caracteres similares). Comprobar con detalle la dirección del remitente y la URL antes de hacer clic es fundamental.
— Solicitudes de información confidencial. Ninguna empresa legítima debería pedir por correo, SMS o mensajería datos como la contraseña, códigos de un solo uso (OTP), PIN de la tarjeta o el código CVV. Cualquier petición de este tipo debe considerarse una señal de alerta inmediata.
La recomendación general es no acceder nunca a la cuenta desde enlaces incrustados en mensajes dudosos. En su lugar, es preferible escribir manualmente la dirección oficial en el navegador o utilizar la app oficial para comprobar notificaciones y gestionar pedidos.
Medidas recomendadas para los clientes de Leroy Merlin y buenas prácticas generales
En sus comunicaciones, Leroy Merlin aconseja a los usuarios adoptar una serie de medidas preventivas, alineadas con las mejores prácticas de ciberseguridad para consumidores:
— Supervisar la actividad de la cuenta y de los programas de fidelización. Revisar regularmente el historial de pedidos, cambios de datos personales y movimientos de puntos o cupones. Cualquier operación que el cliente no reconozca debe notificarse de inmediato al servicio de atención al cliente.
— Activar mecanismos adicionales de seguridad. Siempre que la plataforma lo permita, resulta recomendable habilitar autenticación en dos factores (2FA) y utilizar contraseñas únicas y robustas, gestionadas preferentemente con un gestor de contraseñas fiable.
— Extremar la precaución ante llamadas, correos y SMS inesperados. Ante comunicaciones que soliciten datos o acciones inusuales, conviene colgar o ignorar el mensaje y contactar directamente con la empresa a través de canales oficiales obtenidos desde su web o app, no desde el propio mensaje recibido.
— Mantenerse informado sobre ciberamenazas habituales. Informes como el de IBM “Cost of a Data Breach” muestran que el coste medio de una brecha se reduce significativamente cuando usuarios y organizaciones aplican medidas básicas de higiene digital: actualización de contraseñas, verificación en dos pasos y formación periódica frente al phishing.
Los incidentes como el ciberataque a Leroy Merlin en Francia ponen de relieve que, incluso cuando no se exponen datos bancarios ni contraseñas, la pérdida de información personal puede tener consecuencias prolongadas para la privacidad y la confianza del cliente. Adoptar buenas prácticas de seguridad, desconfiar de solicitudes inesperadas y reforzar los mecanismos de protección de las cuentas son pasos esenciales para reducir el impacto de este y futuros incidentes. La educación continua en ciberseguridad se consolida como la mejor defensa para cualquier usuario conectado.